En todo el mundo, la facturación electrónica está experimentando un fuerte crecimiento impulsado por las obligaciones normativas, las ventajas de la digitalización y la necesidad de implantar procesos resistentes en el contexto de la crisis sanitaria. Sin embargo, la conexión entre compradores y vendedores, los sistemas de gestión heterogéneos y la multiplicidad de proveedores de facturación electrónica no están exentos de problemas de interoperabilidad.
Para hacer frente a estos retos, varias instituciones internacionales -entre ellas la Comisión Europea- están desarrollando y desplegando normas de interoperabilidad que facilitan y aceleren el despliegue de la facturación electrónica. Colaboran con EESPA, una asociación internacional que reúne y organiza la interoperabilidad entre operadores.
La EESPA, creada en 2011, reúne a un centenar de miembros, entre operadores de facturación electrónica y empresas de consultoría. Su misión es crear un ecosistema interoperable y contractual entre proveedores, intervenir ante las organizaciones políticas, participar en la definición de normas y promover el desarrollo de la facturación electrónica.
Gracias a la interoperabilidad, las empresas ya no necesitan estar conectadas a varias soluciones. Seleccionan un único proveedor que garantice su despliegue en la red de los operadores. Así, el despliegue de los intercambios es más rápido, menos costoso y la trazabilidad y los niveles de servicio están garantizados de extremo a extremo.